Briefing del cliente

Sangre, Cráneos y Caos: Cuando la Visión de Khorne se Convierte en Realidad

En su deseo de capturar la furia desatada de los seguidores de Khorne, nos confió la tarea de transformar su visión en una obra maestra de caos y destrucción.
Desde el primer contacto, su petición fue clara: quería que cada miniatura respirara brutalidad, desde los Berzerkers hasta Angron, el ángel rojo caído del cielo. El esquema de color clásico de los devoradores de mundos sirvió como punto de partida, pero quería más. Las peanas debían contar la historia del saqueo y la destrucción, con ruinas, cráneos y tuberías que derramaban sangre, incluso quería que las tuberías en el suelo derramaran sangre.
La petición especial para Angron añadió una capa adicional de complejidad: su furia debía manifestarse con su cuerpo incandescente, irradiando luz de fuego. En cada interacción, nos sumergimos en su visión, comprometidos en llevar cada detalle de su imaginación a la realidad miniatura. Este fue un viaje único hacia la oscura estética de Khorne, y estamos emocionados de compartir el resultado de esta colaboración intensa.

Foto del proyecto nivel Premium

Khorne Desencadenado: El Arte de la Destrucción Miniatura

Desde el primer día, compartimos con nuestro cliente un diario visual de avances, sumergiéndolo en el emocionante viaje de creación. La travesía comenzó con el meticuloso montaje de las 40 Berzerkers, desencadenando la primera chispa de caos.
Las fotos diarias capturaron la evolución de las peanas, desde la adición de ruinas y cráneos hasta las tuberías que vertían la esencia del dios de la sangre. La sangre, protagonista indiscutible, se desplegó en múltiples capas, desde las salpicaduras iniciales hasta las tiras coaguladas que decoraban las armas de los Berserkers.
El enfoque a tres niveles de pintura fue una danza meticulosa, cada capa revelando nuevos matices en las armaduras rojas y los detalles de los Jakhals. Mientras Adri se dedicaba a los Jakhals y Lucian y Pedro ponían su habilidad en los Berserkers, Mar daba vida al épico Angron, convirtiéndolo en el epicentro visual del ejército.